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lunes, 1 de diciembre de 2014

EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Edgard Morin y el pensamiento complejo





Edgard Morin


El pensamiento complejo y la obra teórica y práctica de Edgar Morin se encuentran unidos desde la década del setenta del siglo XX, cuando se hicieron públicos sus primeros escritos sobre la problemática del método y el conocimiento. Sus antecedentes, se encuentran en la obra precedente, pletórica de inquietudes intelectuales, y una vocación personal por enfrentar las simplificaciones, las visiones estrechas de un mundo en blancos y negros absolutos, sin matices ni gradaciones. No es posible comprender el sentido de lo complejo y el pensamiento complejo en la interpretación de Morin sin considerar ese doble origen: las inquietudes intelectuales y el rechazo personal a las simplificaciones, al lado del estudio sistemático del estado del conocimiento científico, y la interpretación de sus avances desde una perspectiva filosófica alejada de los ismos y los sesgos de las escuelas y capillas intelectuales y políticas.
Lejos de ser neutral, la obra de Morin nos muestra el compromiso personal de un ser humano que se pregunta por el conocimiento y por el mundo, desde sus inquietudes personales más íntimas, y desde el estudio profundo del estado del conocimiento científico en sus líneas de ruptura.
Morin introdujo el concepto pensamiento complejo para designar su interpretación sobre el estado de la ciencia y los conocimientos humanos. Así, el concepto aparece en su obra como un constructo filosófico humanístico, que no tiene la pretensión —nunca la tuvo—, de ser una técnica, modelo o instrumento para modelar o interpretar sistemas: su propósito incluye siempre la comprensión del mundo y de nosotros mismos. Por eso, la obra El Método se encuentra en gérmenes cuando se preguntó por el ser humano en El paradigma perdido. Sin que aparezca en ella el término, esta obra expresa un pensamiento complejo, que reconoce la complejidad en el mundo y en el sujeto. Un amplio conjunto de términos (“complejo”, “proceso complejo”, “carácter complejo”, “sistema complejo”, “sistema hipercomplejo”) le permiten identificar la realidad de lo complejo y plantearlo como desafío a enfrentar en la investigación.
Originalidad y rupturas
Dr.Carlos Delgado
La propuesta de Morin para aprehender lo complejo se caracteriza por su originalidad. No solo el vínculo con su actitud personal contraria a las simplificaciones y contraposiciones absolutas, sino también y sobre todo, su replanteo sistemático del problema de los conocimientos. Morin tiene el mérito de haber reconocido lo complejo no solo como rasgo de la realidad identificable a través de la irreductibilidad del mundo a nuestros esquemas de pensamiento, sino también como un desafío intelectual fundamental para los seres humanos.
La pregunta por lo complejo recibe en Morin una respuesta precisa: complejo es lo que está tejido junto. Aunque nos parezca que el mundo está constituido por unidades separadas, lo complejo nos muestra que lo que en un nivel parece unidad monolítica es en realidad un tejido de relaciones. En lugar de difícil, complicado o enredado, lo complejo se presenta como trama de relaciones. Lo difícil, lo complicado y lo enredado nos asusta. Lo complejo nos invita a la comprensión, nos desafía para que lo investiguemos.

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